Invitado, un año más, por el proyecto
PERDONE QUE NO ME CALLE
Yo, no me callo.
Para ello he escrito este microrrelato:
MI LÍDER
convencido de que nuestra misión es crear muchos líderes así.
Pueden leerlo su página de Facebook:
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PERDONE QUE NO ME CALLE
Yo, no me callo.
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MI LÍDER
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DESDE MI PROPIA LUNA 
A ver si se logra erradicar esta lacra. Un abrazo
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Vamos en el camino, juntos todos… que todavía hay cosas por hacer… pero vamos en el camino y una de nuestras misiones es enseñárselo a los jovenes para que no se salgan, jaja
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Si hubiera más padres que predicaran a sus hijos con buenos ejemplos, los hijos no mostrarían comportamientos violentos en la mayoría de los casos. Otra cosa es ese factor genético que puede aparecer como causante, aunque mínimo, de comportamientos execrables, independientemente de las vivencias de cada cual. Pero la influencia de buenas prácticas en la familia son algo fundamental. Me ha gustado tu micro.
Un abrazo.
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Gracias Marcos… es en las nuevas generaciones y con los conciencamientos como se lograrán muchos cambios… y el respeto por lo demas se enseña en las casas, no sólo en los colegios. Abrazooo
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Todos debemos colaborar en la erradicación de esa lacra, empezando por demostrar que es real. Saludos
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Todos… toditos, todos… abrazooo… y que existe el maltrato, nadie lo dude
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Hola, Luis.
Excelente micro.
Has dado en la diana de uno de los aspectos más importante en la enseñanza de los niños: el ejemplo.
Por desgracia, hay demasiados «modelos» hoy en día para imitar. Dejando a un lado padre/madre sin educación ni respeto, que los hay, en la televisión, en las redes sociales, en los juegos… hay una especial adoración por los «chicos malos».
Recuerdo una frase que me dijeron una vez: «Si eres demasiado bueno, parecerás tonto».
Nuestros niños necesitan modelos, mitos, ejemplos de educación y respeto. Por eso es tan importante criminalizar a los que no lo son y generan masas de seguidores. En la tele, en el deporte, en los escenarios…
Muchas gracias por tu iniciativa y ojalá siembre una grandísima cosecha.
Un Abrazo.
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Por supuesto, nos invaden en las series de televisión los mensajes de «el malote, mola».
Y algo de amilia hay que tener, pero siempre con la sabiduría de que, cuando se usa, no daña a nadie. Y menos, violentarse por querer ser mejor que otra persona.
A los machirulos (que ya se puede escribir así) no los vas a educar ya hasta que no vayan a una terapia. Yo no van a ir porque creen que no la necesitan. El trabajo hay que hacerlo con los jóvenes. Eso siempre lo mantendré….
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