Mi relato
CAMBIO UN ÓSCAR POR LA FELICIDAD
ha sido publicado en varias Revistas y algunos Medios de Comunicación
en España y México.

Diógenes Napo siempre soñó con ser actor. Comenzó colaborando con sus amigos en los rodajes en los que le llamaban, sin cobrar, como siempre. Pero lo disfrutaba y con eso le valía. De hecho, eran tan independientes que en muchos de ellos no había ni maquilladora. Cosa que le irritaba. Muchas veces, cuando alguien le ofrecía un proyecto, antes de leer el guión preguntaba si tenían quien le matara los brillos para lucir en cámara como un profesional. Se redujo considerablemente la cantidad de proyectos al año en los que requerían su presencia, hasta que decidió aprender a maquillarse él mismo. Ahora todo fluía. De hecho, empezó a trabajar en más cantidad de rodajes y algunos de bastante más nivel. Se fue corriendo la imagen de su profesionalidad hasta el punto de que en alguno de ellos le ofrecían el papel y un poco de dinero si maquillaba a los otros actores.
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