Opinión: LA FAMILIA BÉLIER Y LA GALA DE LOS OSCARS

              He vuelto a picar y eso que me lo repito siempre: “el año que viene no veo la Gala”. Pero es más fuerte la pasión por el cine y vuelvo a caer en la trampa. Es aburrida, con un humor grueso del que después hablaremos, repetitiva, año tras año y; siendo el escaparate mundial de la creatividad, cada vez es menos original. Eso sí, los escenarios son increíbles. Ojalá pueda trabajar algún día con tal despliegue de medios. En esta 94ª edición, además, la calidad de las películas no ayudaba. Ganó el Óscar a la Mejor Película, la más amable de todas: “CODA” (¿una película de Sian Heder?).

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