Para empezar a leer esto sin prejuicios, lo primero que hay que admitir es que no somos epidemiólogos y no tenemos ni idea de vacunas. Si usted ha pasado este filtro es cuándo podremos empezar a entendernos y si es que sea epidemiólogo de verdad, mucho más. En un tiempo en el que todos opinamos como si fuéramos expertos en tres carreras, veinticinco masters y haber tomado cañas con tres premios Nóbel; tendemos a posicionarnos con todo, siempre creyendo entender más que nadie.
Sigue leyendo